Lima en domingos de Enero
Los domingos no son mis días preferidos y eso no es novedad. Sin embargo, este mes me ha sorprendido con gratísimas y divertidas sorpresas de fin de semana. Todas sin salir de la que algunos llaman “la gris” u otra palabra que empieza con “h” y me niego a utilizar como adjetivo.
Algo que yo reclamaba mucho durante mi infancia eran los paseos familiares dominicales, pero como mis viejos trabajaban hasta el sábado (así como yo ahora), el domingo les quedaba corto para hacer lo que no podían durante la semana, y además llevarnos a pasear. Así que no es que le tenga mucha fe a las mañanas del finde.
Empecé el año sin muchos propósitos, aunque sí con una sensata lista de pendientes escrita en una servilleta. Todos ellos ejecutables hacia fines del verano. Es que, en general, no carburo muy bien durante el verano. Mi mente y mi cuerpo asumen vacaciones de inmediato. Es difícil ponerse a estudiar o iniciar algún proyecto, mediano o grande, sobre todo si lo hago sola.
Entonces era de esperarse que los últimos tres domingos estuviera cual marmota tratando de prolongar mi estadía en cama. Pero no fue tarea fácil. Había que sobreponerse a toda la actividad familiar alrededor, que aún siguen buscando casa. Yo debería haber iniciado esa búsqueda de manera más seria este año, pero la he procastinado (Nunca más!). Afortunadamente hubieron quienes me convencieron para detener la acostumbrada y odiada inercia dominical.
El primer domingo terminé sin planearlo paseando por el Centro Histórico, que hace meses no visitaba y que en mis épocas universitarias era la perfecta alternativa para mis horas libres, y a veces no tan libres.
La "pequeña" caminata empezó en el Museo de Arte Italiano con la muestra de Dalí y terminó en el parque de La Muralla, ida y vuelta.
El segundo domingo hábil coincidió con el aniversario de Lima. Leí temprano a Café Taipá que hablaba de una ausencia de un valor que diferenciara Lima. Pues si, tiene razón no hay un solo. Pero a veces la diversidad puede ser también una diferencia. Lamentablemente, ni él ni yo hemos hecho una investigación al respecto, así que solo tenemos hipótesis.
El post proponía también hacer de Lima un sentimiento, pero ¿Cómo haces eso con una mayoría de “nuevos” limeños? Incluso queda abierta la pregunta ¿Qué o quién es un limeño? (nuevo, antiguo, de cuarta generación o whatever).
Curiosamente pensaba en que la semana anterior, había pasado el domingo con un nacido en Cusco, que asistió al colegió en Huancayo y que vive en Lima hace casi 12 años, el cual vive como limeño y se identifica con sus calles, que ya son parte de su historia. Es más, fue el guía turístico de aquel paseíto por el centro, porque esta “limeña”, hija, nieta y bisnieta de limeña (todo en línea materna – lo siento, creo en los matriarcados) no conocía el dichoso parque. Que roche!
A manera de contraste, para no perder la costumbre de dar la contra, el día del aniversario de Lima lo pasé el Callao. Estuve en La Punta. Otra vez, regresando a un lugar después de meses.
El paseito terminó con un suculento almuerzo en el Bolivariano, porque una celebración tradicional sin comida y bebida típica, no es. Aunque mientras comía pensaba en cuál de todos los platos del buffette eran específicamente "limeños".
El tercer domingo también fue de paseo, pero en auto nuevo. Esta vez con dos amigos, ninguno limeño de nacimiento, el muchacho de Chiclayo y la nena de Iquitos. De Chorrillos a Magdalena y de Miraflores a Surco y San Borja, con su caminata por Barranco más.
No se ustedes, pero ahora que termino de escribir (y re-leer) el "reporte" con el que quería agradecer a los friends por los findes chéeres, me doy cuenta de lo irónicas que resultaron las circunstancias. Sobre todo si agregamos que gracias al calor de la tarde barranquina, nos animamos a probar el novísimo helado D'onofrio de "Inca Kola", que a pesar de ser un ansiado producto "de bandera" no resultó tan espectacular.
Como sea, lo único que me queda por decir es que afortunadamente tengo muchos amigos de otros lados que vinieron, ellos sí espectacularmente, a vivir cerca de mí :)
jueves, enero 29, 2009
lunes, enero 19, 2009
Se acabaron las vacaciones virtuales
Hace mes y medio que no escribo. Justo por los días en la que una de mis mejores amigas de la vida me comentaba preocupada que no tenía planes de año nuevo. Oh coincidencia! (aunque no novedad), yo tampoco tenía planes. Acababa de salir del último intento de relación "normal", que fue una burbuja encantadora, pero sólo eso: una burbuja.
Mi idea inmediata de año nuevo, entonces, era estar en algún lugar cualquiera (no había preferencias en costa, sierra, selva, nacional o extranjera) en el que pudiera beber mi botella de champagne y vestir mi ropa interior amarilla. Tampoco era relevante si estaba sola o acompañada, claro que en ese caso la preferencia la tenían las amistades cercanas, y mi familia.
Afortunadamente aparecieron los planes. Alquilaríamos un lugar en alguna playa del sur, sin programa específico definido para el 31. Eso lo decidiríamos sobre la marcha.
Por azares del destino, el depa terminó siendo algo así como la casa del Big Brother, que reunió a varios amigos míos, pero de distintos lugares y, sobre todo, personalidades. Eso me tenía, debo confesar ahora, un poco nerviosa.
Por un lado estaban Soraya y Margarita, amigas del cole. Juntas éramos parte del símbolo del poder estudiantil de 1995 . Teníamos pendientes la última juerga de solteras, con sus confesiones indiscretas más, lograr el bronze (y solo el bronze) de Beyonce, y jugar a las room mates por una semana. Del otro lado, los colegas: Freddy, el hombrecito de la casa, y Claudia, que se nos unió hacia el weekend; además de algunos visitantes (no sean mal pensados) que nos acompañaron antes, durante y después de la medianoche del 31.
La habitación de las nenas del cole fue, como era de esperarse, el despelote total. Imagínese usted una abogada ahora financista, una profesora y una investigadora de mercados durmiendo en el mismo cuarto.
Miss Margarita se encargo de darnos las lecciones de la vida durante la semana. Ahora sabemos hasta en qué colegio matricularemos a nuestros hijos no natos ;) La Dra Soraya hizo gala de su practicidad absoluta: “Delega, delega”. Y bueno, yo demostré que estoy BASTANTE mimetizada con el ama de casa de este país.
El juego de las room mates tuvo una evolución espectacular. Lo que se inició con niñas recatadas y pudorosas, terminó en la declaración de ese lado del depa como zona nudista!!! Recién hoy puedo decir que NO existen secretos entre nosotras.
Y si el kit de una sola mujer puede parecer nutrido, el de tres es sencillamente inconmensurable. Todas las cremas de rostro, para todos los tipos de piel: día, noche, aceite de rostro, serum, hidratante, crema para las ojeras. Todos los productos para el cabello, porque el shampoo y acondicionador no son suficientes: máscara de tratamiento, abrillantador, secadora, peines, cepillos, laciadora. Todos los productos para el cuerpo, además de bloqueador y bronceador, el prolongador de bronceado y el gel de aloe para la insolación, las hidratantes, los aceites, jabones líquidos, etc. Todo eso, en un solo restroom!!!
A eso súmale las manías. Las que despiertan temprano, porque duermen menos de seis horas diarias, y cantan “Salió el soooooooooool” y prácticamente te arrastran a ponerte el bikini y coger el pareo para visitar al gringo. Las que despiertan sólo y únicamente porque el deseo de desayuno apremia y para eso son buenos juguitos de papaya, omelettes y tostadas, mixtos y cafecitos con edulcorante. O las que simplemente se quedan dormidas.
La exposición al sol, otro issue. Una leche y dos canelas no se pueden exponer al sol de la misma forma. La leche debajo de la sombrilla, mientras que una canela se freía en aceite y la otra aprovechaba la arena para recuperar el sueño perdido con algo de bloqueador (en estos tiempos de radiación ultravioleta hay que tener cuidado).
Las noches. Oh las noches! Agotamos al 80% nuestras provisiones semanales de chela en EL PRIMER DÍA!!! No daré el detalle del total, porque aún me abochorna la idea. Por fortuna, vinos y piscos llegaron a acompañarnos el resto de días.
Es que todo era tan pintoresco. Pasamos tardes enteras riéndonos de lo particulares y diferentes que somos cada una de nosotras.
El 31 todas hicimos gala de alguna actividad culinaria: la ensalada de Sory, el arroz de Maquita y mi puré de papas. No importó que los “previos” iniciaran a las 5pm (gracias a la inesperada llamada de año nuevo que recibí de un número privado) y que hacia las 11pm dudáramos de la compañía de una de nosotras, que decidió durante la tarde curarse el resfrío con shots de pisco hasta completar una botella.
Afortunadamente, resucitó cual ave fénix, regia como siempre, incluso mejor que las que solo chelearon.
De acuerdo a mis planes, tenía mi Freixenet Cordon Negro y el atuendo respectivo. Además estaba con un coctel de amigos bastante interesante. No necesitaba nada más.
Fueron días de playa, juerga, risas e histerias divertidas, aunque al final termináramos especulando sobre una pseudo saturación post convivencia. Una semana de descanso que necesitaba y, por qué no decirlo, merecía; en la que pude poner algunas cosas en orden, y otras en desorden.
Ahora de vuelta en el barrio virtual recordé que dejaba pendiente una intriga develada con cierto retraso pero con mucho acierto por invazor, que espero hayan disfrutado tanto como yo; y el segundo aniversario del blog al que espero dedicarle más tiempo y ponerle más Romy.
Holas de nuevo :)
Hace mes y medio que no escribo. Justo por los días en la que una de mis mejores amigas de la vida me comentaba preocupada que no tenía planes de año nuevo. Oh coincidencia! (aunque no novedad), yo tampoco tenía planes. Acababa de salir del último intento de relación "normal", que fue una burbuja encantadora, pero sólo eso: una burbuja.
Mi idea inmediata de año nuevo, entonces, era estar en algún lugar cualquiera (no había preferencias en costa, sierra, selva, nacional o extranjera) en el que pudiera beber mi botella de champagne y vestir mi ropa interior amarilla. Tampoco era relevante si estaba sola o acompañada, claro que en ese caso la preferencia la tenían las amistades cercanas, y mi familia.
Afortunadamente aparecieron los planes. Alquilaríamos un lugar en alguna playa del sur, sin programa específico definido para el 31. Eso lo decidiríamos sobre la marcha.
Por azares del destino, el depa terminó siendo algo así como la casa del Big Brother, que reunió a varios amigos míos, pero de distintos lugares y, sobre todo, personalidades. Eso me tenía, debo confesar ahora, un poco nerviosa.
Por un lado estaban Soraya y Margarita, amigas del cole. Juntas éramos parte del símbolo del poder estudiantil de 1995 . Teníamos pendientes la última juerga de solteras, con sus confesiones indiscretas más, lograr el bronze (y solo el bronze) de Beyonce, y jugar a las room mates por una semana. Del otro lado, los colegas: Freddy, el hombrecito de la casa, y Claudia, que se nos unió hacia el weekend; además de algunos visitantes (no sean mal pensados) que nos acompañaron antes, durante y después de la medianoche del 31.
La habitación de las nenas del cole fue, como era de esperarse, el despelote total. Imagínese usted una abogada ahora financista, una profesora y una investigadora de mercados durmiendo en el mismo cuarto.
Miss Margarita se encargo de darnos las lecciones de la vida durante la semana. Ahora sabemos hasta en qué colegio matricularemos a nuestros hijos no natos ;) La Dra Soraya hizo gala de su practicidad absoluta: “Delega, delega”. Y bueno, yo demostré que estoy BASTANTE mimetizada con el ama de casa de este país.
El juego de las room mates tuvo una evolución espectacular. Lo que se inició con niñas recatadas y pudorosas, terminó en la declaración de ese lado del depa como zona nudista!!! Recién hoy puedo decir que NO existen secretos entre nosotras.
Y si el kit de una sola mujer puede parecer nutrido, el de tres es sencillamente inconmensurable. Todas las cremas de rostro, para todos los tipos de piel: día, noche, aceite de rostro, serum, hidratante, crema para las ojeras. Todos los productos para el cabello, porque el shampoo y acondicionador no son suficientes: máscara de tratamiento, abrillantador, secadora, peines, cepillos, laciadora. Todos los productos para el cuerpo, además de bloqueador y bronceador, el prolongador de bronceado y el gel de aloe para la insolación, las hidratantes, los aceites, jabones líquidos, etc. Todo eso, en un solo restroom!!!
A eso súmale las manías. Las que despiertan temprano, porque duermen menos de seis horas diarias, y cantan “Salió el soooooooooool” y prácticamente te arrastran a ponerte el bikini y coger el pareo para visitar al gringo. Las que despiertan sólo y únicamente porque el deseo de desayuno apremia y para eso son buenos juguitos de papaya, omelettes y tostadas, mixtos y cafecitos con edulcorante. O las que simplemente se quedan dormidas.
La exposición al sol, otro issue. Una leche y dos canelas no se pueden exponer al sol de la misma forma. La leche debajo de la sombrilla, mientras que una canela se freía en aceite y la otra aprovechaba la arena para recuperar el sueño perdido con algo de bloqueador (en estos tiempos de radiación ultravioleta hay que tener cuidado).
Las noches. Oh las noches! Agotamos al 80% nuestras provisiones semanales de chela en EL PRIMER DÍA!!! No daré el detalle del total, porque aún me abochorna la idea. Por fortuna, vinos y piscos llegaron a acompañarnos el resto de días.
Es que todo era tan pintoresco. Pasamos tardes enteras riéndonos de lo particulares y diferentes que somos cada una de nosotras.
El 31 todas hicimos gala de alguna actividad culinaria: la ensalada de Sory, el arroz de Maquita y mi puré de papas. No importó que los “previos” iniciaran a las 5pm (gracias a la inesperada llamada de año nuevo que recibí de un número privado) y que hacia las 11pm dudáramos de la compañía de una de nosotras, que decidió durante la tarde curarse el resfrío con shots de pisco hasta completar una botella.
Afortunadamente, resucitó cual ave fénix, regia como siempre, incluso mejor que las que solo chelearon.
De acuerdo a mis planes, tenía mi Freixenet Cordon Negro y el atuendo respectivo. Además estaba con un coctel de amigos bastante interesante. No necesitaba nada más.
Fueron días de playa, juerga, risas e histerias divertidas, aunque al final termináramos especulando sobre una pseudo saturación post convivencia. Una semana de descanso que necesitaba y, por qué no decirlo, merecía; en la que pude poner algunas cosas en orden, y otras en desorden.
Ahora de vuelta en el barrio virtual recordé que dejaba pendiente una intriga develada con cierto retraso pero con mucho acierto por invazor, que espero hayan disfrutado tanto como yo; y el segundo aniversario del blog al que espero dedicarle más tiempo y ponerle más Romy.
Holas de nuevo :)
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