Antesala al día del Pisco Sour
El martes salí del gimnasio a la hora de siempre y el novio pasó a recogerme. Sería un martes tranqui y aún no decidíamos entre los helados o el cafecito. Gracias a algunas movidas de horario nos veríamos un poco más de lo inicialmente acordado, ya que habían cancelado su cita para el concierto de las 11pm.
De pronto dijo “Vamos por un pisco sour?”,
y obviamente mi respuesta fue “Siiiiiiiiiiiiiiiii”, con aplausitos y toda la nota. Entonces deje mi indumentaria gimnástica en casa, me vestí de gente y salí dispuesta a unos “drinks de media semana”. Pensando también que sería mi último trago antes de la mini-cirugía dental que tenía programada para el miércoles, con la que luego estaría a dieta blanda, sin cigarro (que casi ni consumo) y sin alcohol por un par de días.
El Pisco es, además de uno de los
temas de mi interés, uno de mis tragos favoritos, ya sea en versión sour con la fruta que sea, con algarrobina, en Machupicchu, con Coca Cola, etc, etc. No hay forma de que le diga NO a una (o varias) copitas de estos cócteles. No importa si es día de semana y solo salimos a almorzar para luego volver a la oficina. No, no es suficiente.
Doc: “Has ido a la Calesa”
Yo: “No”
Doc: “La Calesa es famosa por su pisco sour, ya vas a ver”
Yo: “Ah si? Ya pes”
En teoría, no suelo emborracharme tan fácilmente y mis juergas regularmente terminan al amanecer. La idea me parecía perfecta y no tendría nada fuera de lo normal.
Llegamos, nos sentamos y pedimos. Mientras esperábamos, empezamos a rajar “as usual” de las mesas alrededor.
TRAGO 1
El primer sorbo fue bastante “expresivo”. El trago estaba riquísimo y, bueno, sí se sentía más consistente de todos los que me había tomado antes. Créanme, he tomado muchos. Aún así, decidí dejar que todo fluya. Conversas van, conversas vienen, para entonces, el mundo parecía más feliz.
Obviamente, y solo para preservar la felicidad del mundo, nos animamos por la segunda ronda.
TRAGO 2
En un intermedio me dirigí al toilet y noté que el mundo además de ser feliz, era dinámico. Cool! Regresé caminando en un simpático zig-zag, que para mí era la más recta de las líneas (de esas que unen dos puntos en el espacio, lo hubiera jurado), y ya estaban dejando la cuenta sobre la mesa porque el local iba a cerrar.
Debe ser tarde, pensé (como si en ese momento hubiera estado en condiciones, jaja). Intensa, pero discreta, fue mi sorpresa al ver que era poco más de la media noche. Qué vergüenza!!! Ni en mis peores depresiones había estado así con sólo dos tragos encima.
Además, era la primera vez que el novio me veia de verdad sazonada. Lo sé porque hay pequeños intervalos intermitentes que escapan a mi memoria, y eso no pasaba hace tiempo. Nada de importancia, que no pueda ser estratégicamente completado, pero igual.
AL DIA SIGUIENTE
Llegué a la oficina con tres minutos de más y una botella de coca-cola zero en la mano.
Gracias al fucking Murphy, porque solo él tiene la culpa, me encontré con todo el mundo. Nunca fue tan difícil llegar a mi escritorio en el tercer piso, la confortable pajarera. No sólo me encontré con el gerente, sino también con un director de proyectos, el jefe de estadística, la jefa de campo y por supuesto con mi, ahora conjuntiva, “Sis”.
Qué mañana tan dura! Aún a mediodía no me sentía bien del todo y como es costumbre empecé a recitar “Ni más los drinks de media semana!”. Obviamente, tú y yo sabemos que eso no es cierto :D
Fue una noche divertida y dinámica, casi parecía que habían empezado a “temblal las paledes”. Igual, no creo que pierda las buenas costumbres. Nos vemos en Surco o Pueblo Libre más tarde.
3 comentarios:
Ay, amor, te me caíste... pensaba que jalabas más... ¡Jajajaja! Mentira, no te preocupes, no hay problema... nadie, por más recorrido que sea, a menos de que sea experimentado en tragos de otro level (casi casi tragos selváticos o similares) puede resistir dos pisco sours de La Calesa sin sentir la pegada.
Por cierto, yo no rajo. Yo hablo con la verdad, que es muy distinto a rajar.
Un beso,
El Doc.
Escribiendo su 'bloc' desde el centro de su Burbuja...
debo defender a mi bienaventurada "sis" ya que yo soy testidgo de su aguante... y seguro q estaban buenazos, por otro lado, cuándo arrean conmigo más??
El pisco sour a veces resulta engañoso... pero que bien sabe verdad! Igual que tu, hace mas o menos un mes me tomé un par de catedrales en el hotel Bolivar y salí bastante sazonada.
Lo bueno (al menos para mi) es que no me da resaca.
Saludotes
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