No tengo nada que hacer un lunes por la mañana. Para no perder la costumbre de resúmenes ejecutivos sintetizo los motivos.
- porque solo estoy viendo tres proyectos.
- por haberme quedado una hora más el viernes cerrando cosas que podría haber enviado hoy.
- porque entonces despaché la chamba correspondiente a otras áreas y estoy esperando que terminen (en el tiempo prudencial que corresponde).
- porque los “jefotes” están en reunión (y aún no hay nueva chamba).
- porque terminé la parte de la chamba que me correspondía (y a la que me había comprometido) de aquel proyecto conjunto.
- porque es lunes en la mañana e imagino que mis clientes (al igual que yo) están desayunando.
¿A qué estado de paranoia habré llegado que me estreso cuando debo relajarme?
Igual ando dándole vueltas a otras cosas:
- La mudanzas: de casa (que aún no decido si solo o acompañada), de oficina (que gracias a Dios no es de empresa), de vida (hay que dejar de ser tan bruja)
- La eliminación del stress: no dieta, no gym, no cuenta calorías, no carreras alrededor de la huaca por las mañanas, no jeans apretados, no tacones altos, ¿maquillaje? solo el justo y necesario (sin gastar pólvora en gallinazo) Me importa un joraca que se acerque el verano. Tampoco cursos extra, no inglés, no estadística, no francés... hasta la maestría.
- El médico: para eliminar el dolor de cabeza que no me dejó vivir los tres últimos días, ver si consigo algún tratamiento, terapia para que dejen de formarse esos terribles nudos de tensión en la espalda (aunque algunos tengan nombre y apellido). Esperamos que la yoga o el pilates ayude.
1 comentario:
inhalar y exhalar y el yoga no relaja tanto, te lo digo por experiencia, pero es lo más.
lo de tu espalda no es normal, querida, para nada.
beso!
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