Malevolady al volante: Prendan las luces de emergencia !!!
Las clases de manejo han sido definitivamente la experiencia pintoresca del mes.
Tuve dos instructores. El primero, un pata muy buena voz con el que terminamos cantando canciones antiguas de Gloria Trevi en la Av. La Paz en San Miguel; el segundo, un tipo que a pesar de su linda sonrisa no llegaba a proyectar la tranquilidad y la paciencia necesarias para que pudiera concentrarme en mis primeros estacionamientos (diagonales y paralelos).
Con el primero hubo buena cantidad de anécdotas. El buen hombre me contaba de la madre de su hijo, de su novia y del problema que tenía con las mujeres Leo. Yo le decía que éramos una dulzura (siempre defendiendo a las hermanas del signo), pero que no ha nacido aquel que nos entienda. Y por supuesto le contaba un poco de algunas historias recientes, y no menos pintorescas, de mi accidentada vida romántica. El profe no paraba de reir y yo tampoco.
Entre estas conversaciones completamente misceláneas, bastante didácticas para que perdiera el terror que le tenía a conducir, sobre todo al ser consciente de que nos encontrábamos en plena Costa Verde un sábado de verano por la tarde :S, el tipo dijo “ No he prendido las luces de emergencia, mejor las prendo, porque TU eres una emergencia”. Estallé en risa y mi profe no entendió que había sido tan gracioso.
“En otro contexto, eso hubiera sido un muy lindo piropo”, le dije. Me miró con cara de signo de interrogación. Así le conté la vez en la que un chico me dijo “Estás más loca que una cabra” y en lugar de molestarme o incomodarme, fue como si hubiera escuchado la mejor de sus poesías. Creo que fue una de sus frases más certeras.
Mi profe me seguía mirando como si fuera un bichito raro.
Entonces, fue curioso descubrir cómo todos aquellos que me brindan algún tipo de servicio personalizado se divierten muchísimo conmigo (o de mi): mi sectorista del banco, mi bróker del seguro, mi terapeuta y ahora mi ex – instructor de manejo. En fin, si mis historias le pueden regalar algunas sonrisas, enhorabuena. Finalmente, yo también me río.
Días después, descubrí que arrancarle una sonrisa a mi segundo instructor era solo cuestión de tiempo. Para eso era necesario que me hiciera conducir por Vía expresa, Javier Prado y la Panamericana Sur en las dos horas más estresantes de mi vida.
Imagino que en los momentos de nerviosismo total afloran mis más irónicos comentarios y mis más ridículas actitudes. Pero por lo menos sirvió para ponerle algo de ambiente a las clasecitas. Ya en la visita al circuito de práctica al costado del touring en Conchán el ambiente estaba mucho menos tenso y yo mucho menos nerviosa.
Al final, el nuevo profe calificó con 12 todo mi proceso de aprendizaje desde que me subí por primera vez a su carro. Me tranquilizó estar dentro del margen de error (yo misma no me ponía mucho más). Ahora espero dar bien los exámenes reales (médico, teórico, mecánico y práctico) para tener la licencia hacia la quincena de marzo que salgo de vacaciones (Por fin!!!).
¿me desean suerte?
2 comentarios:
¡¡¡¡Suerte!!!!
Te va a ir genial. Éxitos!
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