Lo que empezó como una, hasta tierna, muestra de soporte a los proyectos personales y profesionales de una pareja, terminó por destapar otra vez guerritas de poder entre géneros.
Me parece muy apropiado que se responda rápidamente sobre un duda acerca de los ingresos de un candidato presidencial, pero siento que esto degeneró terriblemente. De pronto, muchas mujeres, orgullosas ellas, usaron el dichoso hashtag con un retador "¿Y qué?". Yo me pregunto ¿realmente era necesario?
Lo más sensato que leí al respecto fue este post de la amiga Monich y cito el inicio "las parejas que viven juntas hacen sociedad". Partiendo de allí, cualquier competencia no solo no es saludable, si no que no tiene sentido: no puedes competir con un miembro de tu equipo, básicamente porque tienen un proyecto común y los logros/desaciertos de tu pareja, son tuyos también.
Me gustó también el post de los Paki esposos, que con su "creemos que ser una pareja es mucho más que esas etiquetas" dejaron en claro qué significa esta sociedad. "Parar la olla", ser "superman-tenido" o un parásito, económicamente hablando, son categorías que no juegan en esa liga. Entre líneas, estaría también la presencia de la condenada (e incomprendida) ama de casa que, según algunas, no "aporta" al hogar, y que por ello se encuentra en esta relación de "subordinación" frente a quien provee de dinero al hogar.
Amiga date cuenta: El día que dejemos (las mismas mujeres) de medirnos por cuánto dinero ganamos o por qué tanto le podemos "ganar" a los hombres que nos rodean, descubriremos nuestro verdadero valor (que jamás será medido en ingresos, cartones académicos, ascensos laborales, ni similares), tendremos una mejor convivencia con nuestros muchachos y seremos más felices.
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