Yo ¿bloggeo? A propósito del
Blogday volví a escribir (otra vez). Me lo había puesto como "tarea". Digo, si fui a curiosear las presentaciones y la fiesta, había que justificar un poquito ¿cierto? Claro que tampoco pude publicar mis 5 recomendados porque no leo tantos (paciencia, poco a poco)
A decir verdad, soy más “
twittera” que “bloggera” (más exactamente me definiría como persona con blog), por una cuestión de tiempo (y también de inspiración), pero pienso que hay que poner un poco más de nuestra parte. Si te vas a involucrar en algo, creo yo, debes hacerlo completa.
Entonces, buscando un tema, me puse a pensar en los inicios. Como esa afición casi enfermiza que tengo de darle vueltas a las cosas y ponerme a "enrollar"o "hilvanar" (tal vez en algunos momentos "bordar") los recuerdos de los orígenes y redactar cual enciclopedia infantil "el porqué de las cosas".
¿Cuándo empecé a escribir blogs? 2004. Oh margot, han pasado cuatro años!!! Pero claro, este es el segundo de tres. El primero que nació y murió. Este que nació para quedarse, y el último que nació para reemplazar al muerto, pero que fue abortado en el post número 1 (era muy rosadito).
¿Cómo nació el blog? Un amigo en las Europas me mostró su “descubrimiento” y me invitó a leer el suyo (y el de su novia de entonces). Ambos blogs ahora ya no existen :(
Por esas épocas andaba (más) enojada con el mundo (que ahora) y abrí mi primer blog de quejas para el único lector que me comentaba. Era feliz con eso. Me parecía riquísimo escribir sobre lo que me viniera en gana. Luego aparecieron más lectores (todos desconocidos en "real") y era también divertido.
Sin embargo, las personas con blog (entonces el término "blogger" no se usaba) que conocí por esas épocas me generaron dudas con respecto a la actividad: algunas incluso no salian de casa porque "tenían" que publicar.
La idea de tener un blog para mí era bacán al hacerlo de una manera libre, por puro gusto. Pensar en horas fijas a invertir en escribir (cosa que aún tomo como hobbie) lo convertía en chamba (u obligación) y tal vez ya no me acomodaría tan bien (y esperaría que me paguen, por supuesto).
Me asustó la idea de dedicar horas (fijas) de la vida para escribir lo que vives y sientes (en mi caso), sin notar que así le "robabas" oportunidades para vivir y sentir. Luego asumí que no necesariamente tendría que existir anulación entre una cosa y la otra; pero igual cerré ese blog.
Meses después, en una época feliz abrí este espacio y lo convertí en el “oficial”, se lo presenté a mis amigos "reales" y Oh decepción! muchos de ellos no le encuentran el gusto a los blogs (con todo derecho) y ni siquiera me leen (ni a mi, ni a ninguno). Entonces, para esta ocasión también se contó con los amigos nuevos.
A lo largo de estos años he visto formarse algunos “grupitos” de bloggers y me parece super bien, a pesar de que algunos hablen de argollas y/o “blog marginales”. A fin de cuentas, así funciona la sociedad. Todos somos parte de un "algo" más grande que nosotros solos, y todos somos marginales frente a alguien, algo o algún tema. No me parece que habría que estresarse con ello.
¿Por qué nació el blog? El primero era 100% terapéutico y este es por pura diversión (doh! eso también es terapéutico). En ambos casos (como si fueran distintos) lo disfruto mucho.
En esta segunda temporada entendí como a veces uno se llega a envolver con las cosas que uno quiere decir o contar. Empecé a robarle horas a la chamba, a veces al sueño. Me envicié. Seguro porque en este blog me siento más yo, con nombre y apellido (si claro, también con foto).
Y ahora ¿A quién le importa el blog? Como les decía a algunos bloggers en el after party del blogday. Lo mío es un blog personal que solo lee “mi papá, mi mamá y mi perro”. Lo cierto es que lo escribo para mí. Solo me lee uno de mis hermanos, mi perro murió hace 3 años y el otro (hermano) no sabe de “blogs”, “bloggers”, “blogósferas”, “blogdays” u “ombloggismos” (ni de sus – no siempre tan- dignos representantes).
Los que siempre siguen enganchados son mis fieles lectores extranjeros que hasta reclaman sus actualizaciones, cual ama de casa fan de la novela, por pura chismografía (igual los quiero - no van a negar que se divierten); y también algunos amigos de los últimos años.
¿Sobre qué bloggeo? Generalmente hablo de cosas mías (en tanto me suceden, las veo o las siento cercanas). Cosas que me pasan (o pasaron), algunas anécdotas interesantes de otros, de algunas cosas que me inspiran (publicidad, medios de comunicación, alguna cuestión social y algunas situaciones emocionales comunes).
Por eso a veces me resulta difícil decidir qué publico y que no. Sobretodo bajo el cargo de sentirme expuesta (y oh si que se que es un peligro tener la vida publicada en Internet).
Lo mío no es temático ni monotemático, ando picando de todo un poco y no me siento a gusto viendo una sola cosa (ni siquiera de mí misma). Además, hay temas sobre los que otros hablan más y mejor, y otros temas de los que medio mundo habla pero no me interesan. En los primeros, simplemente prefiero comentar con mis opiniones los otros posts; y en los segundos, como si no existieran.
Pocas veces pienso en temas "vendedores" (para eso la oficina) o en una multitud de lectores (no es por ser ingrata con los que lo son, pero este no es un rollo "laboral - comercial"). Espero que los fieles lectores comprendan con paciencia que esto tiene su propio devenir. Hay que dejarlo/dejarme fluir.
¿Qué opino del boom de los blogs? Que es completamente válido. Que es un espacio donde todos podemos convivir sin problemas. Que tiene derecho a crecer y ser aprovechado, por los que se animen a hacerlo. Es un medio que (a diferencia de otros) está al alcance de todos (los que se interesen ligeremente por acceder) y por ello requiere mucha tolerancia en cuanto a temáticas y puntos de vista; y sobre todo respeto.
Que existe el derecho de establecer rankings y de tener registros de número de lectores y estadísticas. No hay nada criticable en ello. Si no te gusta (un blog) no lo lees y fin de la historia. Así como elegimos escribir, elegimos leer y allí queda todo. Es el rollo de cada uno.
No estoy de acuerdo con las agresiones y las críticas malintencionadas (sobre todo cuando van dirigidas a las personas que escriben y no a lo que escriben). Podría comprenderlas, pero no las avalo. Si te parece que tienes algo qué decir en contra de algo, lo dices claro y sin mala leche.
No hay "buenos" o "malos", "mejores" o "peores". A lo mucho "más leídos" y "no tan leidos", o "premiados" y "no premiados" y eso no marca la diferencia, a menos que te encuentres promocionando
tu blog como producto, cosa que no tampoco es criticable para nada. El que quiera tiene derecho-
Lo que si me parece es que
hay que ser completamente coherente con lo que uno hace. Traduciendo en "lady" a
el chepis "no se puede morder la mano que te da de comer". Ser blogger implica un compromiso, primero con uno mismo y luego con sus lectores (que oh sorpresa! son 97% otros bloggers).
He posteado.
link: La habitación de Henry Spencer
link: Mil horas
link: El chepis
link: Peregrino